Muchos primerizos en el mundo de los perros, se encuentran con un precioso cachorro recién destetado. Quizá por desconocimiento, en muchas ocasiones, los pequeños animales no reciben la nutrición que precisan. No debe alimentárseles a cualquier hora, ni mucho menos con sobras o comida de baja calidad.
Entre los 2 y los 4 meses de vida, alimentar al cachorro requiere algunas dosis de conocimientos y mínimos esfuerzos. Durante este tiempo, el organismo de la pequeña mascota experimenta un crecimiento acelerado, alcanzando el 40% de su peso.
Durante los primeros días de la adquisición del cachorro, alimentos como la leche de vaca condensada no azucarada, será un sustituto de la leche materna. Poco a poco habrá que ir introduciendo otros alimentos, pero siempre teniendo en cuenta que las cantidades dependerán de la raza, y esto no sólo respecta al tamaño o peso, sino también a factores como la actividad.
Los especialistas en nutrición veterinaria recomiendan alimentar al cachorro cuatro veces diarias, hasta los cuatro meses de edad. Posteriormente, tres veces hasta los ocho meses de edad… para ir pasando a dos y a una, una vez hayan alcanzado su peso.
Además de la comida que puede encontrarse en comercios y establecimientos especializados, podemos alimentar al cachorro recién destetado con pescado sin espinas y carne hervidos (unos 30 g por kg de peso del animal). El arroz, las verduras y cereales deberán estar presentes en proporción variable. Una vez por semana, un huevo cocido resultaría un complemento alimenticio perfecto para el cachorro.
Los cachorros recién destetados son más sensibles que los adultos a la falta de proteínas. Una deficiencia en este sentido podría originar consecuencias indeseables en el futuro. Por otro lado, el fósforo y el calcio permitirán una debida mineralización de los huesos. A este respecto, cabe señalar que los cachorros alimentados solo con carne, o en los que se descuida el aporte de calcio y fósforo, pueden padecer a la larga osteofibrosis.
Por otra parte, están desaconsejadas las sobras de comida humana para cualquier perro, pero especialmente para los cachorros recién destetados.